Pensando lo social: Un libro siempre es un acontecimiento

Por Israel Domínguez

Un libro siempre es un acontecimiento. Acontece desde las primeras ideas que se presentan como inspiración, como boceto. Acontece también desde la primera página hasta la última. A partir de las diferentes interpretaciones, de los distintos modos de leerlo. Del lugar que comience a ocupar en una biblioteca, en el momento en que al ser consultado se recuerde una frase trascendental o se precise un dato.

Nos encontramos entonces ante un acontecimiento, es decir, ante un libro que ya ha acontecido y vuelve a acontecer. Un libro que además ha sido por diferentes razones un suceso, una marca clara y precisa de nuestra cultura nacional. Los juegos de la escritura o la (re) escritura de la historia, del cardenense Alberto Abreu, es acontecimiento de acontecimientos: por su inteligente escritura acontecen décadas y momentos de la cultura cubana que se enmarca entre los años 50 del pasado siglo y la actualidad.

Hay una máxima que golpea en mi cabeza, que Alberto repite sutilmente para que se convierta en una constante, en una fórmula mediante la cual podemos entender la cultura como historia y la historia como cultura. Hay una máxima que nos hace entrar en un juego, quizás en aquel famoso juego de abalorios, que no era más que un juego de conocimientos, un juego de signos, un juego de los significantes, un juego de la escritura y de la reescritura, un juego de la verdad y de la mentira…

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