Luego de la posmodernidad, ¿qué?[1]
Por: Alberto Abreu
Luego de la posmodernidad ¿qué? ¿Cuáles son los paisajes emergentes en el este primer decenio del siglo XXI que ya finaliza? ¿Qué nuevas lógicas y dinámica articulan los procesos creativos del arte y la literatura en relación lo popular? ¿Qué prácticas, ademanes, representaciones simbólicas intentan emerger, expresarse? En fin: ¿A qué nuevas perturbaciones, incertidumbres estéticas y debates en torno lo popular y sus imaginarios nos sentimos abocados?
En comparación con el período que transcurre entre la segundad mitad de los ochenta y primeros años de la década del noventa, pudiera suponerse que uno de los signos que, en el presente, distinguen a la escena del arte y la literatura cubana es su estabilidad: el carácter discreto, y la aparente quietud en sus sistemas semióticos. Un momento donde no existen jerarquías, y ninguna vertiente estilística o ideoestética tiene la supremacía. Pero ¿acaso tal percepción no estará mediatizada por mi condición de sujeto letrado comprometido con el sistema de relaciones que este campo establece?
Justamente, lo que este ensayo se propone es explorar los nuevos desplazamientos, no sólo del lugar de reflexión del discurso crítico, a la hora de abordar las nuevas representaciones simbólicas en el campo cultural cubano del presente milenio; sino también de sus concepciones y herramientas analíticas. Por lo que me apresuro aclarar los por qué (s) del término: Paisajes emergentes. El sustantivo paisajes lo empleo con una connotación similar tanto a lo que Bourdieu le concede al situs. Como lo que el intelectual martiniqués, Eduord Glissant llama imaginario: la construcción simbólica mediante la cual una comunidad racial, étnica, sexual, etc. se define a sí misma. Si bien la definición de Glissant no tiene las connotaciones técnicas del concepto de Bourdieu. Nos permite rastrear los afueras, la exterioridad que queda como residuo de la construcción que, letrados y letradas, van haciendo de ese situs o campo letrado. Un imaginario con otras dinámicas, otras lógicas, otros saberes que, desde su condición de proscrito de la historia de los saberes y estilos, escapan a los mecanismos de control y disciplinamiento del orden cultural hegemómico.
El adjetivo emergentes obedece a la voluntad metodológica de localización, espacial y temporal, de estas nuevas prácticas, identidades, sujetos, que se están redefiniendo o configurando, ahora mismo, en las periferias de ese situs o de la ciudad letrada cubana.
De ahí que cualquier intento por cartografiar las nuevas dinámicas del campo cultural cubano de este primer decenio del siglo XXI, nos coloca de antemano frente a una mirada de sospecha y crítica frente a los mecanismos ideológicos y de política cultural que, hasta el momento, han servido de plataforma para interpretar, describir, las interrelaciones de la cultura hegemónica y con los discursos y textos subalternos.
En adelante utilizaré, con toda intención, el término posmodernismo global. Esta noción inscribe tanto mis reflexiones, como las prácticas a las cuales me interesan referirme; en una región donde las mismas entran en interacción con los nuevos universos problemáticos que afectan a las representaciones simbólicas y la teoría de la cultura en la época global: los derivados de las nuevas tecnologías, el mercado y las producciones culturales de consumo masivo, los flujos y reflujos entre lo local y lo transnacional.
A estas razones contextuales sumémosles la profunda y ambivalente fascinación del posmodernismo con la diferencia: (sexual, cultural, y, sobre todo, diferencia étnica) la marginalidad, la cual nunca ha sido un espacio tan productivo como lo es ahora. Este fenómeno, acota Stuard Hall[2], es también el resultado de la política cultural de la diferencia, de las luchas sobre la diferencia, de la producción de nuevas identidades, de la aparición de nuevos sujetos en el escenario político y cultural.
[1] Fragmento de un libro en preparación donde el autor explora las tensiones entre hegemonía y subalternidad desde los momentos fundacionales de la ciudad letrada cubana hasta el presente milenio.
[2] Stuard Hall: “Notas sobre la deconstrucción de lo popular”, publicado en SAMUEL, Ralph (ed.) Historia popular y teoría socialista, Crítica, Barcelona,1984; http://www.geocities.com/nomfalso.
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