Archive for noviembre 2016

Afromodernidades

“Razones para un acompañamiento. “Reflexiones desde el II Coloquio la nación que estamos imaginando, nuevas geografías de la racialidad negra”.

Por Gisela Morales.

“Solos vamos más rápido, juntos llegamos más lejos”.

(Frase de la Educación Popular).

El recién finalizado “II Coloquio la nación que estamos imaginando, nuevas geografías de la racialidad negra” organizado por el amigo y escritor Alberto Abreu junto al Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo – Cuba efectuado en la cuidad de Cárdenas, es uno de esos espacios que se inserta dentro de los numerosos esfuerzos por alcanzar la equidad racial en Cuba. La manera de trabajar desde este coloquio puede ubicarse dentro de un proceso de acompañamiento al tema que se facilita desde la solidaridad y una consciencia de la necesidad del CCRD – Cuba para impulsar un diálogo sagaz y respetuoso con todos los actores de la sociedad cubana actual.

La efectividad de numerosos espacios e iniciativas en este sentido desde fines de los años 90 con el proyecto Color Cubano, la Cofradía de la Negritud, ARAAC y otras, aunque desde contextos diferentes han contribuido a que maduraran los debates sobre la necesidad de abordar de manera pública el tema de la discriminación racial en Cuba. Desde la catarsis hasta la reflexión objetiva y la necesidad de asumir un accionar concreto estos foros han continuado evolucionando y aglutinando a un número considerable de interesad@s en esta temática creando alianzas, convocando a los medios y a otros sectores de la sociedad cubana.

Las sesiones del Coloquio la nación que estamos imaginando, nuevas geografías de la racialidad negra 2015 y 2016, poseen, desde mi punto de vista, una dimensión no explorada de manera suficiente dentro de los trabajos que se han acometido en esta dirección: es la manera de examinar no solamente que es el racismo de manera teórica, sino como enfrentarlo y más importante todavía, el cómo nos organizamos para funcionar como un movimiento más orgánico tomando en cuenta nuestras vivencias, ventajas y desventajas y posibilidades como grupo.

Los antecedentes de esta manera de abordar esta problemática pueden ser encontrados a partir del año 2006 desde los talleres de la metodología TransformAcción (aprendizaje a través de la experiencia) liderados por el profesor David Gutmann y el proyecto Color Cubano de la UNEAC. Las iniciativas pueden insertarse dentro de los intentos por abordar de un modo no solamente teórico el enfrentamiento al racismo cubano y su estudio desde el inconsciente; de colocarnos desde la experiencia para obtener Evidencias del comportamiento de este tema desde el espacio individual, comunitario, institucional; local y nacional.

De forma paralela desde el año 2013 y hasta la actualidad han sido, de igual modo relevantes, las experiencias de acercamiento al método de los Círculos de Emancipación Emocional (CEE) creados por iniciativa de la Asociación de psicólogos negros de los Estados Unidos (ABpsi por sus siglas en inglés).

Un factor de vital importancia en este análisis es el contexto que rodea al tema en cuestión. Cuando se analizan las causas de que la población negra cubana no cuente con una oficina o dispositivo legal para denunciar los hechos discriminatorios o una agenda construida desde el consenso y la participación, la balanza ha recaído solamente en la voluntad política.

Numerosos grupos y sectores se han organizado en la sociedad cubana en los últimos 20 años contando con un apoyo o sombrilla gubernamental y por el trabajo paciente y mancomunado llevada a cabo por sus líderes, lideresas e integrantes y del mismo modo por el uso de metodologías de empoderamiento y de gestión grupal, comunitaria, organizacional aplicados de forma particular a las problemáticas que se trabajan.

Las propuestas de esos sectores discriminados de la sociedad cubana le llevan a la organización de este tema 20 años de ventaja en el mejor de los casos. La falta de apertura de este camino para la problemática racial ha estado marcada por la existencia del miedo al negro heredado del siglo XIX y al mito de exclusión al movimiento negro del siglo XX que tuvo su más genuino y consecuente exponente en el Partido Independiente de Color, de igual modo, al silencio que la revolución creó cuando creyó poder dar el fin de la discriminación racial en Cuba de forma definitiva.

Explorando en el inconsciente de la discriminación racial en Cuba, debemos hurgar en los orígenes y en la formación de la nación, porque los elementos que la han conformado imprimen sus huellas de forma particular a los grupos que la componen hoy. En el caso de la población de origen africano, “el trauma del traslado en el barco” de manera forzosa nos ha marcado a todos y todas los descendientes de los que fueron otrora esclavizados. Estos antecedentes forman parte de nuestro acervo inconsciente y se expresan en comportamientos, hábitos, costumbres, proyecciones tanto, en lo individual como en lo colectivo y condicionan, aunque parezca increíble nuestros modos de hacer.

Los elementos planteados anteriormente confirman el principio de que no bastan iguales oportunidades para aquellos que un día partieron de condiciones y orígenes distintos: las alianzas son necesarias, pero es preciso tener en cuenta que cada uno de los grupos discriminados deben asumir y tomar en sus manos las riendas de la gestión de sus propios, espacios, metas, recursos y posibilidades de superación de sus conflictos tomando como base las condiciones específicas que dan origen a esa discriminación.

Los esfuerzos de este evento pueden incluirse en conceptos como el trabajar desde una Cultura organizacional, comportamiento organizacional, transformación institucional, organizacional y muchos otros; disciplinas que han tenido su mayor despliegue a partir de los años 70 del siglo XX. De manera general han sido desarrolladas por un gran número de escuelas, metodologías y formas de organización, y gestión de los comportamientos y organizaciones de los grupos e instituciones para favorecer sus potencialidades, identidades, superar sus barreras y llevar adelante sus objetivos y metas con eficiencia y objetividad. Constituyen campos de estudio en los que las actuaciones de los equipos pueden ser predichos, aprender como aprenden de ellos mismos, de otros grupos; estudian sus contextos y lo que es muy importante se trazan estrategias de futuro.

Se hace necesario en el caso de la búsqueda por la equidad racial en Cuba organizar una nueva institucionalidad (no institución) que aglutine y dé forma a estrategias construidas y pensadas desde la participación de la sociedad civil cubana para impulsar la implementación de programas y políticas públicas para avanzar en este tema. Asumirnos para llevar adelante este proceso implica de modo inexorable un cambio de mentalidades de todos y todas, trabajar y explorar nuevas maneras de la participación de estos grupos ocupa un lugar fundamental.

De esta forma el II Coloquio la nación que estamos imaginando, nuevas geografías de la racialidad negra” ha mostrado que Sí podemos trabajar de forma diferente para visibilizar que reaccionamos ante dolores no conscientes, como asumimos la consciencia de una identidad, podemos sentar las bases para crear mejores ambientes y estar más claros de nuestras potencialidades.

En la discriminación hay una pérdida, un enclave de deshumanización tanto para el discriminador como para el discriminado y este coloquio ha mostrado de manera muy importante la necesidad de explorar más en este camino la figura de los facilitadores, personas que desde su rol puedan colocar y organizar un escenario propicio para aclarar qué es este movimiento, dónde se encuentra ahora, cuáles son sus posibilidades de inserción con los demás grupos y sectores de la sociedad cubana y sus potencialidades.

Considero de suma importancia la propuesta de estos coloquios porque están colocando elementos de peso para construir ese tan añorado consenso y la oportunidad de Participar de forma plena al movimiento en la lucha por la equidad racial en Cuba con las metodologías adecuadas y de probada eficiencia. Espero que este proceso pueda seguir adelante con nuevos bríos para vencer las resistencias que tenemos como nación para aceptarnos desde una condición que aunque no es la misma para todos, si ha aportado y aporta por igual al concierto nacional.

En este sentido este espacio de coloquio que estamos desarrollando y construyendo puede jugar un papel significativo para acercarnos a la comprensión de la necesidad de no soslayar, posponer, o dejar de lado el enfrentamiento al racismo cotidiano. En el contexto actual de la sociedad cubana en el que se debaten nuestros fundamentos y preocupaciones de nuestro país y su futuro es de vital importancia tomarnos a todos y todas en consideración, construir desde lo que somos y hemos forjado por igual para acercarnos más al sueño de “una nación con todos y para el bien de todos”.

Afromodernidades

Un II Coloquio que recién comienza.

Por Alberto Abreu Arcia.

El pasado viernes 4 comenzó en Cárdenas la segunda edición del Coloquio-taller “La nación que estamos imaginando (nuevas geografías de la racialidad negra en Cuba)”. Una jornada extenuante, no excepta de fricciones, pero de muchas alegrías y esperanzas.

El Centro Cristiano de Reflexión y Diálogo de Cuba (CCRD-CUBA), quien viene sirviendo como acompañante al Movimiento Antirracista Cubano en este proceso de construcción de una plataforma común y consensuada y de una articulación, no solo al interior de los diferentes proyectos-grupos que lo integran, sino con otras organizaciones e instituciones enfrascadas en la lucha contra todo tipo de discriminación, brindó nuevamente su sede y el avalado prestigio de sus expertos para acompañar y conducir este proceso de construcción.

En esta ocasión, tanto las mesas temáticas como los trabajos grupales estuvieron centrados en cuestiones metodológicas y conceptuales dirigidas al fortalecimiento de los coordinadores de estos proyectos-grupos, y a crear las condiciones para lograr estos objetivos. Por estas razones, como anunció el CCRD-CUBA, en un correo electrónico que días antes circuló entre los invitados al evento: “hemos valorado estrechar la convocatoria a la zona occidental, dejando Oriente para el primer trimestre del año 2017, e invitar a un espacio más integrador (ambas regiones incluyendo la Central) en el primer semestre del próximo año”. El objetivo este cambio, obedecía más bien a una estrategia: tener “una visión más integral de toda la isla desde su heterogeneidad”.

El encuentro estuvo focalizado en los complejos tópicos del activismo comunitario y las alianzas, por lo que asistieron 8 proyectos/grupos, además de representantes del CENESEX, el Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociológicas y la pastora Icett Samá en representación del sector religioso.

Un hecho significativo, que ya habíamos constatado durante el proceso preparatorio de este II Coloquio-taller -inaugurado el pasado 3 de noviembre y que al parecer se extenderá hasta el primer trimestre del 2017, cuando se realice el evento cumbre-, es la existencia de proyectos-grupos con una agenda propia, un trabajo sostenido e integrado por jóvenes, formados fundamentalmente por la Red de Educadores Popular. Lo que se pudo corroborar durante la Feria Expositiva de Grupos realizada durante la mañana de viernes con las intervenciones realizada por el Proyecto de Creación Colectiva Trance y mirArte díaDía hasta el momento prácticamente desconocidos dentro del segmento o circuito más visible del Movimiento Antirracista Cubano, eminentemente habanero y liderado fundamentalmente por figuras de prestigio dentro del campo intelectual, académico y cultural cubano. Lamentamos mucho la ausencia de representantes de otros proyectos invitados para esta ocasión como: el de Mujeres líderes de religiones de origen africano, Barrio La Marina, de Matanzas, La Cofradía de la Negritud y Alianza Unidad Racial.

Este hecho acentúa la diversidad generacional y regional del Movimiento Antirracista Cubano en la actualidad, y nos ayuda a entender la heterogeneidad de visiones desde las cuales estos actores sociales se configuran como sujeto de enunciación para elaborar sus propuestas y demandas. Aspecto que en un futuro no muy lejano puede marcar un giro o inflexión en las lógicas y dinámicas desde las cuales hemos venido articulando nuestras batallas. Fenómeno que es imprescindible tomar en cuenta para la construcción de esta plataforma común, y para el mapeo que hace la academia (tan seducida por los centros) de este proceso tanto de adentro como de afuera de la Isla.

Por estos motivos, en una de las sesiones de trabajo grupal, a manera de ejercicio, los participantes iniciaron la confección de un mapa de la isla donde fueron inscribiendo los nombres y direcciones de los diferentes proyectos, grupos y líderes de cuya existencia tenían conocimiento en todo el país. Una especie de directorio que es necesario continuar actualizando. También muchos demandaron la necesidad de encuentros periódicos de carácter bimestral para dar seguimiento a los acuerdos de este II Coloquio-taller, y ante la carencia de un espacio para su realización varios activistas ofrecieron voluntariamente sus casas para la realización de los mismos.

Las sesiones de trabajos, específicamente, la consagrada a la construcción grupal, desde una metodología que pretendía auscultar el interior de cada proyecto y de nosotros mismos como actores sociales, fueron develando pasiones desmesuradas, paranoias no siempre justificadas, afán de protagonismos, resentimientos entre otras brechas y obstáculos que erosionan cualquier voluntad de diálogo y consenso imprescindibles para la cimentación de una plataforma sólida que coloque el tema, con toda la intensidad y urgencia que merece, en la agenda nacional.

Problemáticas que en medio de nuestra ansiedad por lograr tales objetivos no podemos pasar por alto. Pues como dije en una ocasión: el ego no puede ser más fuerte que la razón o nuestro sentido común. Y escribo esta última oración como quien se examina a sí mismo pues de estos males no escapan ni quienes ven la paja en el ojo ajeno. Porque en este proceso donde estamos sentando los pilares para fundar esa plataforma es inseparable de un proceso de construcción, en lo personal y lo humano, de nosotros mismos.

Cierto que estos problemas, no son privativos del Movimiento Antirracista Cubano. Como alguien en cierta ocasión me comentó, se trata de un fenómeno común a todos los Movimientos Sociales en Latinoamérica; aunque en el caso nuestro tiene que ver con lo que un colega llama la histórica soledad histórica del pueblo negro que lo hace recelar de toda compañía.

Pero sucede que nosotros y nuestros problemas no son el ombligo del mundo. El mundo entero anda patas arribas, es por eso que el proceso de acompañamiento tiene un lapso de tiempo y la institución que lo conduce (CCRD-CUBA) debe mostrar resultados en cada una de sus etapas.

Sin embargo, nuestra falta de humildad a la hora de exponer nuestro punto de vista como para escuchar a nuestro interlocutor, la desconfianza, el afán de liderazgo, el acercamiento al movimiento más por conveniencia que por militancia nos laceran. En este sentido, resulta sintomática la interrogante que algunos vienen haciéndose sobre quién liderará esta plataforma común y consensuada. En lo que a mí respecta prefiero hablar de quienes. Pues apuesto por una plataforma transversal e inclusiva donde los roles de liderazgo, no sean eternos, sino que roten cada cierto tiempo por cada uno de los proyectos-grupos.

Hacia esta dimensión del inconsciente colectivo del pueblo negro, de la que hablaba hace unos momentos, y su experiencia personal como consultora de los aprendizajes en algunos talleres consagrados a explorar este tema, giró la intervención de Gisela Morales en uno de las mesas temáticas. Un inconsciente, como subrayó en su exposición, que, en el caso de la discriminación racial, el colonialismo se encargó muy bien de reconfigurar y cuyo impacto llega hasta nuestros días.

Usa el mínimo espacio de tu poder.

Una de los momentos más tensos del evento estuvo marcado por la exposición de Addis Darlington Dickinson, Gestora de Eventos del CENESEX. El impacto que la misma suscito en el auditorio abarcó correlatos tan importantes como el papel de esta institución en la lucha contra la discriminación racial, la angustia que provoca la dualidad del negr@ insertado en los espacios de poder institucional, y cómo introducir en estos últimos las problemáticas que se derivan del acto de hablar por y desde su cuerpo racializado.

Addis, con una valentía y honestidad que felicito, reconoció que el tema del racismo antinegro actualmente no es una línea de trabajo de esta institución, pero desde su rol de Gestora de Eventos en la misma se comprometió a insertarla gradualmente y accionar en este sentido exhortando a otros especialistas a su abordaje.

“¿Ve ya el racismo el CENESEX como institución? ¿De qué modo las jornadas contra la homofobia, y por la familia incluyen o desarrollan la lucha antirracista? ¿Va el CENESEX a empoderar a líderes y lideresas para que en sus talleres luchen contra la discriminación racial? ¿Las mujeres lesbianas y bisexuales negras dentro del CENEEX se están asumiendo como tales dentro de esta plataforma social?” Fueron las interrogantes, por demás válidas, formuladas inicialmente por Diarenis Calderón del Proyecto mirArte díaDía.

Deisy Rubiera, por su parte, advirtió una contradicción entre esta ausencia y el discurso de Mariela Castro, directora del CENESEX, cuando en reiteradas ocasiones ha insistido en que el programa de dicha institución es contra las discriminaciones todas. Y demandó: “El CENESEX debe considerar incluir el tema [del racismo] porque dentro de los gays y lesbianas negr@s hay un proceso de autoestima muy baja, precisamente porque es una discriminación encima de la que ya tienen, y si son pobres peor todavía, y si no son letrados mucho más”.

Para la pastora Icett Samá, esta problemática nos exige tener bien claro: “Cómo nosotros nos reproducimos en lo que vamos a estar construyendo y re-construyendo desde nuestros espacios y desde nuestros grupos”. Y consideró que en este debate suscitado por la exposición de Addis en su doble condición de negra, lesbiana y funcionaria de CENESEX. “Hay una experiencia que nos sirve para entender por donde podemos ir y por donde no”.

Roberto Zurbano, intercedió en esta discusión, para señalar que: “El dolor es una cosa que nosotros hemos aprendido a esconder, porque siempre nos dicen que es incorrecto: el dolor, las emociones, y el plus dolor del que hablaba Gustavo Urrutia, y el inconsciente del que también hablaba Giselita [Morales]. Y subrayó: “La problemática que nosotr@s vivimos cuando trabajamos en las instituciones del país es muy jodida. Porque a nosotr@s no nos enseñaron a hacer activismo, y el activismo es una cosa que hoy sigue siendo muy mal vista, pues para muchos en Cuba es sinónimo de disidencia”.

La alternativa como responsabilidad.

Igualmente inspiradora y fructífera fue la mesa temática titulada: “Desigualdades sociales, raciales y económica en el imaginario social cubano del siglo XXI”, que tuvo como facilitadores a Roberto Zurbano e Icett Samá. Ambos abordaron el tema no desde una perspectiva de académica, sino desde la práctica cotidiana del activismo (productor de un saber otro). En el caso de Icett incorporando sus experiencias como pastora en la comunidad de “Los Palos”. Los panelistas recorrieron los distintos momentos de la tradición de lucha y el pensamiento antirracista cubano desde la colonia hasta el presente, examinando cada uno de sus nódulos.

Según Zurbano estamos viviendo en Cuba “un momento de transición, de estratificación social. Están surgiendo nuevos estratos, nuevas clases sociales”. Ante esta situación se preguntaba: “¿Cuáles son las posibilidades de resistir, de transformarse y de visibilizarse o mantenerse para esa mayoría de la población negra que no tiene acceso a determinadas cosas. Uno de los retos es organizarse. Pero, ¿cómo se han organizado otros grupos en Cuba? Marcando sus identidades”.

Tras recordar como al triunfo de la Revolución desaparecieron todas las Sociedades de Color, desde el Club Atenas hasta la El Buena Vista Social Club, en cambio no se cerraron ninguna de las asociaciones españolas, chinas, árabes, hebreas, judías… “Y todos esos edificios que construyeron en el siglo XIX y el XX, están ahí, y cuando no se los cambiaron por otros espacios como ocurrió con el teatro García Lorca que antes era el Centro Gallego”. Este hecho -enfatizó- nos coloca en desventaja como grupo social. “No tenemos una institución que desde el punto de vista económico o identitario nos respalde en estos propósitos. Yo no digo que haya que recuperar [las Sociedades de Color] tal y como fueron, pero sí un espacio identitario, de reconstrucción familiar, de conexiones y un espacio de construcción de proyectos que van más allá de reunirnos un día para vernos, conversar y bailar juntos”.

Posteriormente se refirió al tema de las remesas y advirtió como a diferencias de otros grupos de la burguesía o la clase media blanca “las familias negras que se fueron a estos lugares donde había dinero, se fueron sin dinero”. Al igual que Icett Samá, se refirió al proceso de sovietización de la sociedad cubana como un momento de pérdida de nuestra conciencia racial, la cual solo sobrevivió en algunas religiones y en algunas familias. Y por estas razones exhortó a la construcción de una identidad racial que no sea excluyente de otras identidades: “porque tratando de afirmarnos a nosotros mismos, podemos negar a otros. Y eso no es el objetivo de esta lucha”.

Diarenis Calderon, al intervenir en el debate, se refirió a la invisibilidad de los aportes de negros y negras a la nación cubana en nuestros sistemas de enseñanzas, y la necesidad de buscar circuitos-otros para la circulación y socialización de saberes relacionados con el pensamiento y la tradición de lucha de negros y negras. Y puntualizó: “Cada uno de nosotr@s tiene una responsabilidad y la alternativa es esa responsabilidad”.

Hildeliza Leal, desde su experiencia como autora de libros de textos, señaló: “El Ministerio de Educación dice que los maestros no están preparados para hablar de estos temas en el aula. En primer lugar, se trata de una generalización absoluta. Hay maestros que sí pueden estar preparados porque leen sobre estos temas”. Y tras referirse a las demoras en la impresión de los libros para la enseñanza por razones económicas o por la política editorial del MINED, propuso un grupo de alternativas como los talleres de cocina, manualidades como la confección de muñecas negras, etc. desde los cuales los maestros pueden participar y abordar el tema.

Por su parte, Icett Samá, precisó que independiente de todas estas alternativas y limitaciones “es importante recuperar la figura del maestro como un actor político influyente”. Y constata cierta intencionalidad en la ausencia de estos temas en los libros de textos. Dicha carencia, responde a “un modelo de educación, y una manera de entender la educación de los niños y jóvenes donde estos temas no está previstos como no están previstos otros”. Por lo tanto, en este como en otros casos, “el maestro está respondiendo a una manera de educar que el Estado tiene concebida”.

Por último, ante la próxima celebración de los cinco años de la Red Barrial de Afrodescendientes l@s activistas reunidos en el CCRD-CUBA reconocimos y felicitamos a sus coordinadoras por el meritorio y sostenido trabajo desplegado en las comunidades más pobres y en la formación de nuevos proyectos y líderes.

Este evento también permitió materializar un viejo anhelo de muchos activistas. Me refiero a la creación de un Observatorio contra el racismo antinegro en Cuba. El cual será coordinado por Negracubanateníaqueser quien viajó desde Alemania para acudir a esta cita. Donde, además, presentó la más reciente versión del Directorio de Afrocubanas.