El pasado sábado 5 de abril a las 5:00 p.m. fue inaugurada en la galería de la casa sede de la ACAA en Cárdenas la expo Sediciones en homenaje al destacado ensayista cubano Rufo Caballero. Afromodernidades continuaciòn reproduce las palabras al catalogo de Alberto Abreu, curador de la muestra.

Sediciones, así se titula el presente proyecto de curaduría. El título está tomado de un libro de Rufo Caballero, nos hemos apropiado de él a través de esos ejercicios intertextuales de citas y alusiones paródicas que tanto celebraba su escritura. Por otra parte, el mismo sintetiza esos juegos carnavalescos entre el centro y la alteridad, que en sus estudios sobre la visualidad cubana de finales del siglo pasado denominó subjetividades laterales.

Deseo aclarar, que aunque los presupuestos curatoriales de esta muestra tienen como punto de partida el tópico del coleccionismo privado en Cuba, no intenta reposicionarlo ni problematizarlo, simplemente que el mismo sirva de hilo conductor para una exploración entorno a la memoria y el espacio íntimo del artista. Quienes tuvimos la posibilidad de visitarlo, pudimos apreciar la importante colección de piezas de arte que Caballero atesoraba en su casa obsequiadas por artistas cuyas poéticas había ayudado a explicitar a través de su labor como crítico desde las páginas de El Caimán Barbudo, La Gaceta de Cuba, Unión y la sección Espacio abierto de la revista Revolución y Cultura donde laboró por algunos años. Siempre me cautivó las sutiles connotaciones que adquirían de estas obras al ser emplazadas en un entorno íntimo, doméstico. Aspecto que ponía de manifiesto la suspicacia de Rufo como curador, sus predilecciones estéticas por determinadas poéticas, autores y discursos. Esto nada tenía que ver con la definición tradicional, más ortodoxa, del coleccionista de arte. Todo lo contrario. Estas piezas al formar parte del ámbito privado del ensayista, más allá de sus insinuaciones sediciosas, reñidas con la mojigatería de ciertos circuitos institucionales del arte cubano, expresaban una voluntad otra de socialización, y la aspiración de ser compartidas desde la complicidad con los amigos que lo visitaban. Estos aspectos, más allá de su matiz anecdótico, determinan los criterios curatoriales a seguidos en esta muestra proyecto.

Por razones que no vienen al caso analizar aquí, de aquella colección solo exhibiremos una parte que yace en poder de su madre y heredera universal. Lo que intento decir, es que Sediciones, es una muestra humilde, que puede provocar cierto sentimiento de decepción en aquel espectador ávido de fisgoneos, ansioso por encontrar en ella ciertos referentes o marcas alusivas a aquellas estéticas y gestos pictóricos que, durante las décadas del ochenta y primera mitad del noventa, revolucionaron la visualidad cubana. Por el contrario, en la muestra que van a ver importan tanto lo que se dice como lo que se calla y desplaza o aquellos momentos que sugieren un vacío o hiato dentro del discurso curatorial.

Varios son los retos que tuvimos que enfrentar a la hora de concebir Sediciones. El primero de ellos es la mirada antidisciplinaria que caracteriza la labor ensayística y crítica de Caballero, de ahí que sus reflexiones sobre el arte y la cultura se coloquen en un espacio fronterizo, la intersección con varios géneros como: la teoría, el audiovisual, la artes plásticas, el cine, la literatura, así como con determinadas problemáticas del campo cultural cubano relacionados con los imaginarios emergentes de la otredad o alteridad. Lo que nos lleva a concebir esta exposición como un espacio discursivo trans-genérico, siempre abierto a la reflexión y el debate.

Intentamos mostrar alrededor de 20 piezas de diferentes formatos, técnicas entre las cuales se encuentran obras de diferentes corrientes y períodos del arte cubano perteneciente a autores como Agustín Bejerano, Aisar Jalil, Isabel de las Mercedes, Socorro, Hilda y Manuel Vidal, etc., así como un grupo de fotografías y caricaturas realizadas a Rufo Caballero por artistas cubanos en varios momentos de su vida.

Alberto Abreu

Curador.